lunes, 8 de octubre de 2007

¿Qué es la Diabetes? Prof. Carlos Salas Carmona

El producto de la digestión de los carbohidratos o glúcidos es la glucosa que pasa al torrente sanguíneo para poder ser asimilada por las células del organismo y en las mitocondrias celulares liberar la energía y almacenarlas en las moléculas de ATP para poder ser utilizadas por las células en sus procesos vitales.Pero las moléculas de glucosa para poder pasar del torrente sanguíneo a las células necesitan tener la "llave correcta" para poder "abrir la puerta de la célula".


Esta "llave" que permite la entrada de glucosa a la célula es la Insulina. La diabetes es una enfermedad que consiste en una deficiencia de insulina. La insulina acelera la salida de las moléculas de glucosa de la sangre, estimulando su entrada en las células del organismo para su utilización como fuente de energía.


Existen dos tipos de diabetes:TIPO I o insulina dependiente: provocada por la no producción de insulina por las células de los islotes de Langerhans del páncreas. Es decir pacientes que no tienen "la llave". Por ello estos enfermos han de controlar sus niveles de glucosa e inyectárselas periódicamente. Representan el 10% de los casos de diabetes.TIPO II. Surge en adultos. El páncreas produce insulina, pero o no produce lo suficiente o el cuerpo no responde a su acción. Es decir pacientes que tienen la "llave defectuosa", siendo no insulino dependientes.Uno de los síntomas de la Diabetes es la gran cantidad de orina eliminada cada día.


Otros síntomas son: hambre y sed excesivas, y degeneración lenta de los tejidos del cuerpo. Finalmente llega la inconsciencia y la muerte. Para la época de 1700 los médicos llamaron a esta enfermedad "Diabetes Mellitus" (Dm ). La palabra mellitus significa "miel", "dulce", e indicaba que la orina de los diabéticos contenía glucosa. Las personas diabéticas pierden glucosa por la orina. Bernardo A. Houssay (Premio Nobel de Medicina 1947) demostró que la "diabetes mellitus" se debe no solamente a insuficiencia de la insulina, si no que también está relacionada con el funcionamiento del lóbulo anterior de la hipófisis.


Entonces podemos definir la diabetes como una enfermedad provocada por un desorden en el metabolismo de la glucosa. La insulina es una macromolécula protéica cuya estructura es muy similar en la vaca, la oveja, el caballo, el cerdo, la ballena y el hombre. Sólo hay unas variaciones en la disposición de los aminoácidos en la molécula. Afortunadamente el hombre puede usar la insulina de los animales domésticos.


Por ser la insulina una macromolécula protéica no se puede administrar por vía oral, porque se digiere en el aparato digestivo transformándose en aminoácidos, sino por inyecciones, es decir directamente en el torrente sanguíneo.


Pero actualmente se inventó un dispositivo que permite vaporizar la insulina y ser aspirada a través de las fosas nasales y la boca, y así en forma de gas pasa a los alvéolos pulmonares y de allí directamente a la sangre. "El dispositivo requiere cuatro pasos para su uso: abrirlo, colocar la dosis de insulina, cerrarlo y disparar", "Es fácil de usar", asegura el promotor del laboratorio Pfizer sobre su producto Exubera, mientras realiza los pasos que permiten vaporizar la primera insulina inhalable del mundo.

Como se puede apreciar aquí, el tratamiento de la diabetes, enfermedad que se caracteriza por niveles elevados de azúcar en la sangre, mejorará notablemente en los próximos años. Pero no sólo gracias a las insulinas inhalables, sino también merced a nuevos métodos diagnósticos para los que no se requiere extraer sangre del paciente, nuevas drogas que estimulan la producción de insulina y que evitan la destrucción de las células productoras de esa hormona, y medicamentos que previenen complicaciones.

Si bien algunos se encuentran aún en etapa experimental, otros ya están avanzados en su desarrollo e incluso algunos tienen fecha de lanzamiento. Veamos cuáles serán los futuros aliados de las más de 230 millones de personas que conviven con la diabetes.

Monitoreo no invasivo

Chicos y grandes con diabetes deben pincharse varias veces por día para extraer sangre y así poder controlar sus niveles de glucosa. Pero aunque las agujas son ya casi imperceptibles, a nadie le gusta pincharse. Por eso, varias compañías se han lanzado en busca de métodos que le digan al paciente cuáles son sus niveles de glucosa sin pedirle a cambio ni una gota de sangre. Son cuatro los dispositivos con resultados alentadores que han sido presentados en estos días.

La empresa Glucon desarrolló Aprise, una pulsera que envía ondas de ultrasonido a las venas para determinar los niveles de glucemia; NBM-100, de OrSense, es un dispositivo portátil que obtiene la medición de glucosa a través de una espectroscopia; OneLook, de Lein Applied, realiza la medición en los ojos mediante el análisis de la reflexión de un haz de luz; HypoMon, de AiMedics, es un cinturón que se coloca a la altura del corazón y evalúa parámetros que son transmitidos a un receptor inalámbrico. Este, además, le avisa al paciente si se encuentra en peligro de hipoglucemia. Los cuatro sistemas han demostrado ser tan efectivos como los autotests que se realizan con sangre, pero aún no tienen fecha de lanzamiento.

Por otro lado, investigadores de la Universidad de Nuevo México, Estados Unidos, mostraron que un nuevo dispositivo llamado Scout, que se asemeja a los aparatos para tomar la presión arterial, permite el diagnóstico inicial y es un 20% más efectivo que los métodos actuales.

Las vedettes

"Normalmente, cuando una persona come, su organismo produce insulina, que es la que permite que las células consuman la glucosa [que ingresa con los alimentos], y al mismo tiempo se frena la producción de glucagon, una sustancia que en ayunas estimula la producción de glucosa por parte del hígado. En las personas con diabetes hay una deficiente producción de insulina, pero tampoco se frena la producción de glucagon", explicó el doctor Félix Puchulu, diabetólogo del Hospital de Clínicas, de la UBA.

Hoy, las vedettes son dos nuevas familias de drogas que, precisamente, estimulan la producción de insulina y frenan la de glucagon.

La más avanzada es la de los análogos de GLP-1 o miméticos de incretina. "El GLP-1 es una señal hormonal producida en el intestino que refuerza la producción de insulina ante un aumento de glucosa", comentó el doctor Pablo Arias, del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UBA. Esta señal también frena la producción hepática de glucagon, pero su vida media es de 2 minutos y en los diabéticos está disminuida.

El exenatide, que ya ha sido lanzado en los Estados Unidos por Eli Lilly , es un fármaco de efectos similares al GLP-1 desarrollado a partir de una molécula de la saliva de un lagarto. Un estudio presentado en este congreso confirma que su uso mejora el control de la glucosa, pero que al mismo tiempo provoca una reducción de peso de alrededor de cinco kilos. Suena perfecto, pero por ahora no lo es: es inyectable (dos veces al día) y puede provocar náuseas y vómitos. Aun así, nuevos estudios muestran que una versión mejorada, que requiere una sola inyección semanal, es igualmente efectiva.

Otra análogo de GLP-1 es el liraglutide. Desarrollado por Novo Nordisk, se encuentra en etapas avanzadas de investigación clínica y será lanzado no antes de 2008. Ayer, en conferencia de prensa, la doctora Tina Visboll, del Hospital Universitario Gentofte, de Dinamarca, declaró: "Observamos una reducción del peso corporal de 3 kilos en 14 semanas, junto con un incremento de la función de la célula beta [que es la que produce insulina]. Esto es muy importante, ya que los pacientes con diabetes tipo II pierden un 4% de sus células beta anualmente".

Detener la muerte de las células productoras de insulina y estimular su regeneración es algo que también permiten los inhibidores de la enzima DPP-IV. "Esta enzima destruye al GLP-1, y sus inhibidores lo evitan, aumentando la producción de insulina", explicó Arias.

Hay dos inhibidores de la DPP-IV por aprobarse: la sitagliptina, de Merck Sharp & Dohme, y la vildagliptina, de Novartis. Los estudios muestran que reducen los niveles de glucosa y mejoran el funcionamiento de las células beta. "Los inhibidores de DPP-IV tienen dos ventajas y una desventaja: se administran en forma oral y carecen de los efectos secundarios de los análogos, pero no ayudan a bajar de peso. Su uso será en pacientes con diabetes tipo II, aunque todavía no se sabe bien cuál será su lugar preciso en el tratamiento: sólo o acompañando otras drogas."


Las ultrarrápidas

"Las insulinas ultrarrápidas, como la glulisina, provocan menos episodios de hipoglucemia y presentan una gran flexibilidad -comentó la doctora Astrid Libman, endocrinóloga de la Universidad Nacional de Rosario-. En los chicos son fundamentales, porque si uno aplica una insulina rápida antes de comer y el chico no come puede causar hipoglucemia."

La glulisina, desarrollada por Sanofi-Aventis, puede aplicarse hasta 20 minutos después de que la persona empezó a comer. Aunque su uso inicial está indicado para adultos, estudios en adolescentes están mostrando que también es efectiva y segura en los menores, contó Libman, que participa en estudios en los que se combina la nueva insulina con la insulina basal glargina.

En cuanto a las insulinas inhalables, su primera exponente, Exubera. Pero no es la única: Eli Lilly presentó los resultados con su propia insulina inhalable, Air, que muestran reducciones de la glucemia similares a las inyectables. Su dispositivo de administración, prometen, será mas pequeño que el de Exubera, que es del tamaño de un desodorante de ambientes.

"Las insulinas inhalables van a cumplir el rol de las insulinas rápidas, pero no van a reemplazar a las basales, Igual, será más cómodo reducir la cantidad de inyecciones diarias."
Por Carlos Salas

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